lunes, 19 de enero de 2015

Si te sirves una taza de té, no dejes de bebértela

—Eso no va conmigo!.. —Jamás permitiría semejante cosa!.. —Ya nada me sorprende. —¿Qué voy a aprender con eso?

Probablemente en muchas ocasiones hemos verbalizado alguna de estas expresiones y, seguro, nos hemos sentido orgullosos. Desgraciadamente, cada una de ellas es fiel reflejo de uno de los errores más comunes en el ser humano: creer que se lo sabe todo y que es mejor que nadie.

Todos hemos vivido circunstancias a lo largo de nuestra existencia que nos han llevado a generar creencias, a enriquecernos con determinados conocimientos y a construirnos un mapa mental de la realidad que aceptamos como verdadero y que se convierte en el guión de nuestra vida. Sin embargo, esta actitud nos genera inmovilismo y empobrece nuestro destino al no permitirnos seguir creciendo. Es como si hubiéramos llenado nuestro vaso y no nos lo bebiéramos limitándonos a observarlo y a regocijarnos de su transparencia. Sin embargo, el agua que no se bebe, acaba turbia.

Un maestro japonés llamado Nan-in recibió cierto día a un famoso profesor de universidad que quería aprender lo que era el Zen. Los dos se saludaron amablemente y el maestro ofreció a su invitado una taza de té.
Con el cuidado y la parsimonia habitual, Nan-in sirvió el te-. Sin embargo, una vez que la taza estaba llena, en lugar de detenerse, siguió vertiendo más y más té con absoluta naturalidad.
El profesor no pudo dejar de decir:
—Querido maestro, la taza está llena.
Nan-in replicó:
–Como esta taza, estás tú lleno de tus propias opiniones.
¿Cómo podría enseñarte lo que es el Zen a menos que vacíes primero tu taza?


Al igual que la taza de esta fábula, si nuestra mente la mantenemos repleta de creencias, estereotipos, juicios de valor y conocimientos arcaicos, todo lo que intentemos incorporar resultará estéril porque se derramará.

Sigue estos consejos y podrás beber tazas y tazas de té que cada vez resultarán más deliciosas.

1. No prejuzgues.
2. Extrae alguna enseñanza de toda situación vivida.
3. Déjate sorprender.
4. No te cierres a ninguna posibilidad.
5. Acepta nuevos retos.

Si quieres vivir plenamente, no temas experimentar nuevas sensaciones y emociones, conocer gente nueva, hacer cosas que nunca imaginaste. No te cierres absolutamente a nada. Sal de tu zona de confort y recuerda que en definitiva, todo lo que te ocurre es aprendizaje.

CARPE DIEM



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