miércoles, 16 de abril de 2014

Hablar en público: El Miedo de los Miedos

"No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo".

Esta frase de Nelson Mandela me reafirma en que todo aquel que teme la idea de enfrentarse a un público y hablar ante él y que se pone como reto personal el superarlo, es un auténtico valiente. Sin embargo, es cierto que es necesario conocer y manejar algunas herramientas y estrategias para que este heroico propósito se convierta en una realidad.

El miedo a hablar en público, conocido como glosofobia (gloso-lengua; fobia-temor), es considerado uno de los más frecuentes entre la población en general superando, incluso, al miedo a la muerte. Esto se debe probablemente a que en el miedo a la muerte es el temor a lo desconocido lo que condiciona a la persona. En la glosofobia, además, se añaden el temor a hacer el ridículo y a quedarse bloqueado.

Cuando el "valiente" ha decidido, por tanto, enfrentarse al miedo, necesita conocer cuales son las sensaciones más habituales que tienen lugar en su cuerpo y en su mente y convencerse de que si conoce los motivos por los que se producen, así como unas cuantas estrategias para poner en marcha, logrará su propósito.

Empecemos pues. Hablaré inicialmente de los diferentes miedos y luego haré mención de estrategias prácticas para vencerlos. Es importante que no te saltes esta parte ya que si conoces el porqué actúa nuestro organismo de la manera que lo hace, será más fácil que las estrategias posteriores funcionen.

MIEDO A QUEDAR BLOQUEADO

Nuestro cerebro es el que domina y maneja nuestro cuerpo. Cuando nos convencemos de que nos vamos a bloquear se genera lo que se conoce como ansiedad anticipatoria. Empezamos a experimentar, con antelación, los mismos síntomas físicos que tememos. El miedo coloca a nuestro cerebro en modo "supervivencia" y empieza a producirse un torrente hormonal en nuestro organismo que nos prepara para la huída. El riego sanguíneo se distribuye por los miembros para esta circunstancia. El cortex cerebral, donde se llevan a cabo los mecanismos complejos relacionados con la memoria, la creatividad y el razonamiento entre otros, deja de recibir este flujo sanguíneo; se incrementa el pulso y la frecuencia respiratoria; se produce exceso de sudoración y temblores y nuestra piel palidece. En definitiva, nuestro miedo a bloquearnos es lo que realmente nos bloquea.

MIEDO A HACER EL RIDÍCULO
"El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son". Tito Livio.

El ridículo es una percepción que está relacionada con aspectos como la autoestima, los valores, las creencias y las experiencias previas. El temor a hacer el ridículo dificulta a la persona para actuar de modo natural y esa ausencia de naturalidad puede conllevar, paradójicamente, una actuación que resulte ridícula. Es importante ser conscientes de que, en general, los auditorios sienten empatía por los ponentes que parecen inseguros y ese comportamiento es contradictorio con el que realmente esperaríamos como reacción: el desprecio o la burla.

MIEDO A LO DESCONOCIDO

No sabemos lo que va a ocurrir. Si nos paramos a pensar un instante, ¿en qué situaciones de la vida sabemos lo que va a pasar antes de que suceda? Que yo sepa, ¡NUNCA! ¿Por qué no le tenemos miedo a lo que nos pueda pasar dentro de un rato cuando vayamos a cruzar la calle? ¿Por qué no tememos lo que nos deparará cuando nos levantemos mañana de la cama? Recuerda siempre: lo que es desconocido deja de serlo en cuanto lo descubrimos. Por tanto, ¡a por ello!

Algunas estrategias.

1. Utiliza el método KISS que muestra el autor José M. Palomares en su libro "Hablar en público para Dummies". Significa " Hazlo claro y directo". No te compliques la vida. Einstein decía que si no lo puedes explicar de forma sencilla es que no lo entiendes bien. Por tanto, presentación o mensaje claros,  directos y breves.

2. Preparación. Ten en cuenta algo fundamental: Tú eres el que MÁS sabe del asunto del que vas a tratar. ¡Es cierto! Tú eres el que lo ha preparado por lo que, aunque los demás sean expertos en la materia, tú eres el experto de tu presentación. No intentes nunca memorizar pero sí automatizar. Recuerda siempre que hasta la espontaneidad deberás llevarla preparada.

3. Practicar, practicar, practicar. Debes aprovechar cualquier oportunidad para hablar delante de la gente. Empieza contándole lo que has hecho en el día a tu espejo —en voz alta, claro, no vale susurrar—. Te garantizo que si no te sientes ridículo hablándote a ti mismo, habrás ganado una gran batalla al miedo escénico. Luego hazlo con tus amigos y familiares. Incorpora anécdotas, bromas, etc. En cuanto sientas que fluye tu naturalidad, verás que todo resulta más fácil y perderás el miedo al RIDÍCULO.

4 Para vencer el miedo a lo DESCONOCIDO deberás CONOCER. Conocer el tema del que vas a tratar —prepararlo bien para dominarlo—, conocer el auditorio al que te vas a dirigir y cuales son sus expectativas, tiempo del que dispones, lugar de celebración, tecnología, etc.

5. Como ya has leído, el BLOQUEO lo produce el propio miedo, al actuar sobre tu fisiología. Por tanto, la mejor manera de vencerlo es no sintiendo miedo. Pero, ¿cómo se consigue? te preguntarás. Practica alguna o todas las siguientes tácticas:

           5.1 Respiración. La práctica del control de la respiración es de gran efectividad. Realiza ejercicios concentrándote exclusivamente en el aire que entra y sale de tus pulmones. Deja la mente en blanco y céntrate en los movimientos que realiza todo tu organismo. Conseguirás acompasarla y ralentizar el ritmo cardiaco permitiendo que el flujo sanguíneo llegue a tu córtex cerebral.

        5.2 Realiza algún ejercicio físico. El ejercicio produce endorfinas que participan en la generación de sensaciones placenteras en nuestro organismo. Al sentirnos bien, nuestros pensamientos se tornan más positivos y esto nos ayuda a enfrentarnos a los retos.

             5.3. Establece algún anclaje emocional. Realmente funciona. Debes realizarlo en algún sitio tranquilo, sin que nadie te moleste. Recuerda algún momento de tu vida en el que te sintieras realmente feliz. Intenta recrear todas y cada una de las situaciones hasta que percibas, incluso, las emociones que te acompañaban. Cuando lo consigas, realiza un anclaje. Puede consistir en tocarte una parte del brazo o, incluso, acompañar el momento con alguna canción que siempre te haya gustado o te resulte motivadora. Si lo consigues, en el momento en el que sientas temor, escucha la canción o toca el lugar de tu brazo que previamente anclaste, y regresarán a tu organismo las emociones positivas. ¡Pruébalo!

            5.4 Intención paradójica. Como ya te he comentado, el propio miedo a bloquearte genera una ansiedad anticipatoria que prepara a tu organismo para el bloqueo. Está claro que si tu objetivo fuera bloquearte, no le tendrías miedo, ¿verdad? No tememos aquello que hacemos a propósito. Aprovecha esta estrategia cuando ensayes y practiques. Busca equivocarte queriéndolo. Cuando veas que no es tan fácil cuando te lo propones, te resultará fácil manejarlo. 

Winston Churchill fue famoso, entre otras cosas, por sus grandes dotes como comunicador. Sin embargo, tenía también grandes limitaciones que llegó a solventar creando un estilo de comunicación propio. Así, por ejemplo, afrontó su balbuceo vacilando intencionadamente a lo largo de sus intervenciones.

Ya sabes:

  • Respira
  • Haz ejercicio.
  • Ancla tus emociones positivas.
  • Practica, practica, practica.
  • Busca el error intencionadamente
  • Sobre todo... sé tú mismo.









2 comentarios:

  1. Me ha encantado, precisamente me llega este artículo en un momento en que me han elegido para presentar a un ponente en unas jornadas, en las que estarán presentes operadores jurídicos que considero de una gran talla. Gracias, sobre todo, tendré en cuenta las soluciones que propones al miedo de los miedos, como tú le llamas. Enhorabuena!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias por tus comentarios. Si necesitas algún consejo o idea adicional, no dudes en solicitármelo. Puedes hacerlo, si lo deseas, a través de mi correo creearlo@gmail.com. Un abrazo y mucha suerte con la presentación.

    ResponderEliminar