viernes, 7 de diciembre de 2012

Un gran talento. Una gran pasión. Saray Ramírez



Saray es una grandísima amiga mía. Tiene un talento muy especial pero, sobre todo, es una bellísima persona, con un grandísimo corazón. Toda la pasión que muestra cuando canta la transmite de igual manera en los actos de su vida y eso la ha llevado a ser muy querida por todos los que las conocemos.
En esta entrevista nos muestra como vive su gran pasión por la música y nos deja grandes titulares de lo que significa luchar por lo que realmente se desea en la vida.


Al final de la entrevista, podéis ver el audiovisual, como en otras ocasiones.


Cuéntanos como llegaste a amar la música y desde cuando es ésta tu pasión.

No recuerdo el momento exacto en que la música se convirtió en mi forma de expresión, tal vez porque siempre la usé así y no era consciente de ello hasta que alguien me escuchó cantar y entonces descubrí que no todo el mundo lo hacía. Hasta ese instante yo creía que que toda la gente cantaba, que era algo normal. A lo largo de mi infancia siempre la música ha estado presente. Me gustaban las canciones de las películas infantiles, hacía mis propios programas de radio con sus entrevistas, cuñas publicitarias y canciones; por supuesto, mis muñecos cobraban vida como en los musicales y tenía mucha facilidad para aprenderme la letra y la melodía de las canciones. En mi casa había un tocadiscos y yo me pasaba los días poniendo los discos de mis hermanas, y también había un órgano al que me pasaba las horas muertas tocando de oído y más adelante leyendo sus partituras desde la intuición. Supongo que con todo esto era inevitable que mi vida tomara ese rumbo artístico. Me interesaban otras actividades también: me pasaba horas imitando personajes de los dibujos animados con sus guiones, voces y expresiones faciales. Me gustaba mucho leer y escribir historias: pintaba muchísimo, me encantaba, y la fotografía... En definitiva, me atraían las actividades artísticas, era muy creativa. Si me decanté por la música al final, creo que es porque la utilizaba para todo sin darme cuenta.

¿Tuviste que renunciar a algo para perseguir tu sueño?

Hay cosas que te pierdes, obviamente, pero tampoco considero que haya sido un sacrificio. Era lo que había que hacer para conseguir el objetivo que aún sigo persiguiendo. Y como lo tengo tan claro no supone un problema el hecho de renunciar a ciertas cosas. No siento que me haya perdido mi vida ni nada por el estilo. Me imagino que para un atleta será lo mismo; tiene tan claro lo que le importa que aquello que no entra en su sistema no lo echa en falta.

¿Te has sentido respaldada por tu familia?

Todo el tiempo. Todos los miembros de mi familia me apoyan y eso es tan necesario para alguien que vuelca su vida en una disciplina como el talento en sí. De hecho, es probable que si mis padres no hubieran destacado mi capacidad para cantar, yo ni siquiera hubiera reparado en ella, y puede que a día de hoy me dedicara a algo diferente.


¿Qué meta te planteas como objetivo de vida?

Seguir cantando y realizando todos los proyectos tal y como los tengo en mi mente. No arrepentirme del resultado de lo que vaya saliendo y ser fiel a mí misma en todo momento. Y, con suerte, a través de la música, de mi voz, de mi trabajo, llegar a alguien y hacerle soñar como me hicieron soñar a mí miles de intérpretes.

¿Te arrepientes de algo? ¿Cambiarías alguna de tus decisiones si pudieras volver atrás?


Pienso muy bien las cosas antes de hacerlas, así que no me arrepiento de nada. Hay cosas que uno puede mejorar, por supuesto, pero incluso todo lo malo que haya podido pasarme me ha servido de experiencia para ser no sólo una mejor profesional sino mejor persona.

¿Cómo te sientes al perseguir tu sueño?

Es una relación extraña la mía. Digamos que para mí, estar sobre el escenario, cantando lo que quiero, es como una especie de diminuto encuentro conmigo misma. Y en ese encuentro, que puede durar como mucho una hora y media o dos, eres pleno, tienes todo. Estás descubriéndote y al mismo tiempo reconociéndote. Es muy abstracto. En realidad no podría describir lo que siento en ese instante, a pesar de las caídas que te encuentras por el camino, resulta tremendamente gratificante.

¿Cómo es el día a día de una apasionada de la música?

Normal. Parecido a cualquier día. Me levanto y al igual que alguien que tiene que acudir a su trabajo, yo empiezo con mi tarea vocal. Hay días que canto durante dos horas y días en los que me paso hasta diez; depende de la inspiración. Si tengo actuación o algún compromiso profesional, el día entero gira en torno a esa actividad y si no, pues indago sobre alguna técnica vocal nueva, o escucho canciones y canciones... Podría decirse que vivo un poco obsesionada con la música. Deliciosa obsesión.

¿En qué estás trabajando ahora?

Actualmente dedico mi tiempo a mi espectáculo en solitario "Black Night", que recientemente he presentado en la isla de Fuerteventura. Es un proyecto al que llevo dedicando más de dos años y tengo intención de llevarlo a otras islas y quizá a la península. Por otro lado, soy una de las integrantes del elenco musical "Mil y un sueños" y estamos haciendo una ruta por el país. Éste es un proyecto curioso porque es la primera vez que me dedico a algo parecido y he descubierto facetas en mí que me gusta proyectar al público aparte de mi voz. Planifico cosas para el futuro, pero eso es otra historia.

¿Eres feliz?

Siento que sí. No necesito más para vivir. Tengo familia, amigos, gente que me quiere y a la que quiero. Tengo salud y los míos también. Me dedico a lo que me llena y de momento puedo seguir así, por lo que tengo motivos para sentirme plenamente feliz.

Si pudieras aconsejar a los jóvenes que no se atreven a poner en marcha sus sueños, ¿qué les dirías?

Que tengan clara su visión de sí mismos en el futuro. Si te visualizas, como es mi caso, en ser cantante, lo serás. La tenacidad y la ilusión te llevan directamente a conseguir un propósito. No sé si será igual para todo el mundo, pero yo tengo eso muy presente y así siento que cada vez estoy más y más cerca de mi objetivo. Tal vez llegue el día en que alcance el objetivo y ni sea consciente de ello pero está claro que si no luchas por lo que quieres, nadie lo hará por ti. El mundo no es gratis y no regala nada.




Entrevista audiovisual




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