sábado, 15 de diciembre de 2012

¿Cómo alimentas tu mente subconsciente?



¿Cómo funciona nuestra mente? ¿Hacemos lo que realmente queremos hacer? ¿Somos nosotros mismos los dueños de nuestros actos o la influencia de nuestro entorno es la que nos mueve?

Nuestra mente parece tener siempre una gran actividad. Permanentemente se encuentra ocupada trabajando, deliberando, decidiendo, juzgando, etc. Si pensamos y reflexionamos sobre ello, podremos comprobar que es cierto. Incluso cuando nos encontramos en silencio, o durmiendo, nuestra mente sigue trabajando.

Disponemos de una mente consciente y una subconsciente:

La mente consciente, es la mente lógica, racional o pensante. Se encarga de programar todos nuestros actos y de tomar nuestras decisiones.

La mente subconsciente es la instintiva o intuitiva. Es el disco duro o centro de la memoria y, por tanto, es nuestra mente programable.

La mente consciente juega el papel de juez; evalúa la importancia de la información que nos llega del mundo exterior y la acepta o la rechaza. Se encarga de razonar, de formar juicios y tomar decisiones. Sin embargo, sólo constituye entre un 5 y un 10% del total y en ella toman forma nuestros pensamientos racionales. Una de las tareas más importantes que realiza es la de programar nuestro subconsciente y lo que hacemos cuando aceptamos cualquier idea como una verdad incuestionable o establecemos creencias acerca del mundo, acerca de otras personas o de nosotros mismos; también, cuando nos fijamos metas. Toda la información que recibimos del exterior constituye programas mentales que van a parar al disco duro de la mente subconsciente. La mente subconsciente no puede autoprogramarse o proveerse ella misma con instrucciones a menos que sean puestas ahí por la mente consciente.

La mente subconsciente constituye el otro 90-95% y se encarga de grabar, guardar y recordar información. No tiene el poder de rechazar nada ya que no distingue entre lo que es bueno y lo que es malo o si lo que está guardando es real o imaginario. Acepta toda la información con el mismo valor y lo guarda en la memoria como lo haría cualquier ordenador. Todos los pensamientos negativos tienen para ella el mismo valor que los positivos.

Por ejemplo: si estás convencido de que nunca triunfarás en la vida porque no fuiste a la universidad, tu subconsciente programará esta idea como una verdad incuestionable y con el tiempo hará que tu mundo exterior entre en resonancia con esa idea, que se adapte a ella y termine por aceptarla como que éste es tu destino.

La mente subconsciente es también la mente emocional; regula los niveles hormonales del cuerpo y controla los instintos de luchar o huir en situaciones que afecten a la supervivencia. Cuando prevé un peligro, envía instrucciones al organismo para que segregue la hormona adrenalina en la corriente sanguínea, incrementando los latidos del corazón, acelerando la respiración y aumentando la presión sanguínea. Todo esto prepara al cuerpo para que se enfrente al peligro o para poder huir rápidamente de él. No necesitamos pararnos a pensar conscientemente; no evaluamos cuánto aumentan los latidos del corazón o si es hora de comenzar a respirar más rápido. Todos estos cambios ocurren automáticamente. Estos comportamientos se encuentran grabados genéticamente pero existen otros que son aprendidos y, con el tiempo, llegan a convertirse en automáticos.

Algunas personas, por ejemplo, poseen actitud pesimista y reaccionan negativamente ante todo, casi automáticamente. Sin embargo, nadie nace con una actitud negativa; se trata de un comportamiento aprendido o socialmente condicionado por el medio. Este condicionamiento termina por programar nuestras actitudes en lo más profundo de nuestra mente subconsciente.

Por otra parte, todos podemos condicionar nuestra mente subconsciente para el éxito y eso dependerá de la información con la que la alimentemos. Si nos dedicamos a escuchar malas noticias, a consumir lectura que no nos aporte valor, si nos pasamos el día delante del televisor, etc, cuando nuestra mente consciente consulte a la subconsciente para tomar una decisión en la vida, lo único que podrá obtener es  todo aquello que tendrá incorporado nuestro disco duro. Por el contrario, si nos alimentamos de buena lectura, nos rodeamos de personas que nos aporten valor y elegimos todo aquello  que pueda expandir nuestro potencial, nuestra mente consciente podrá elegir las opciones más acertadas para llevarnos al éxito.

¿Qué quieres elegir?







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